domingo, 2 de octubre de 2016

El Camino de Santiago. Día 1.

Día 1.
26 Kilómetros en 6:45hs a pie desde San Jean Pierre de Port hasta Roncesvalles.
Al igual que en 2012, tocó una buena niebla. Incluso peor. Caminamos rodeados de los mejores paisajes de los pirineos pero apenas pudimos ver niebla y unos metros de distancia. Una pena. También nos tocó lluvia, eso sí que no me gusta. La lluvia leve es molesta porque no se pueden tomar fotografías con tranquilidad, la lluvia densa es incómoda porque uno no piensa en otra cosa. El poncho me separaba de la lluvia, pero el sudor y la vaporización del calor de mi cuerpo generaba mucha agua, y esta se quedaba atrapada en el poncho. Fue bastante incómodo este rato, primero estaba preocupado por la cámara que se estaba mojando incluso dentro del poncho, y luego porque yo estaba bastante mojado. En una de las paradas me cambié mi camiseta de manga larga por una más ligera. El cuerpo ya había entrado en calor y la lluvia parado un poco. Asique el poncho ya no se usó. Esta etapa del camino es de las más duras de todas. Muchos kilómetros con una altitud muy cambiante. Subidas muy pesadas y bajadas poco amables para las rodillas. En un terreno que además estaba húmedo. Por suerte no llovió la segunda mitad del tramo. Pasaron casi 7 horas desde que salimos hasta que llegamos, y fuimos de los más rápidos de toda la camada. Llegamos de hecho antes de que abra el hostal, es que si nos deteníamos nos agarraba frío, asique preferímos ir ligero. El precio de tal esfuerzo lo pagaríamos los días siguientes con la acumulación del cansancio muscular.
En cuanto a los dolores sorprendió un gran dolor de hombros destacado por sobre otros muy leves. Fue algo que no había pensado que podía pasar.
En unos pocos momentos la niebla se disipó regalando algo de profundidad para alguna que otra foto. Y también la niebla tiene su toque cinematográfico que en su medida justa, se deja ser un buen modelo para una fotografía. Al inicio partimos con Pau, Paco y Roberto (estos últimos dos los conocimos la tarde anterior). Luego Pau y yo tomamos un ritmo más veloz y los perdimos hasta reencontrarnos en el hostal.
Roncesvalles es una ciudad de 2 restaurantes y un único hostal que es como un enorme monasterio. A las 22hs ya estábamos en la cama.