viernes, 8 de enero de 2016

Sobre mi alergia a los gatos.

Mis no tan cercanos no lo saben: soy alérgico a los gatos. Sí, es increible. Hay gente que me dice Gato, soy un total fanático de los gatos, y hasta tengo una empresa llamada Gato. También tengo asma, rinitis crónica y hay períodos en los que estoy en un constante estado alérgico. Yo creo que son todos una misma cosa, y al fin y al cabo todos afectan a mi sistema respiratorio. Sin embargo, me voy a detener en la alergia a los gatos. De niño amaba los gatos. Siempre quise tener uno, pero mi mamá no me dejaba. En ese momento desconocía mi alergia, probablemente ni existía. Tipo a los 18 años dormí en un lugar donde había uno y amanecí con un ojo todo hinchado y un zarpullido en mis manos. Luego de eso, cada vez que iba a una casa con gatos me daba un ataque de estornudos, más asma de lo habitual, congestión y unas leves ronchitas en las manos. Si me rasco un ojo, se enrojece y se hincha. No obstante, cuando me fui a vivir sólo por primera vez, y esto fue en Italia, adopté un gatito. Mi teoría era que si lo adoptaba de bebé mi cuerpo lograría inmunizarse. Eso no es tan cierto. El cuerpo se acostumbra en algún punto y el episodio alérgico no es el extremo pero sí es un constante. Que curiosamente fue empeorando con los años, siendo el año pasado el peor de todos. Es indudable mi amor por los seres felinos, despiertan una curiosidad y un misterio apasionante en mi. Son una compañía que elijo a diario, aunque con un precio muy alto. Cuando tomo distancia de ellos, ya sea de vacaciones o en las étapas que por circunstancias no viví en un mismo lugar con ellos, la diferencia es muy notoria. Mi nivel de congestión, asma y rinitis bajan drásticamente. He probado todo tipo de medicinas y tratamiento, desde la alopatía con pastillas y vacunas periódicamente hasta terapias emocionales, pasando por decenas de tratamientos alternativos y naturales., pasando por homeopatía, osteopatía, biomagnetismo, flores de bach, orinoterapia, dietas alimentarias estrictas, acupuntura, medicina cuántica, ahora algo llamado Naet, y así algunos etc. ¿Es obvio y básico pensar que la solución es tan simple y tan a mano como dejar de vivir con los gatos, no? ¿Porqué sería eso tan díficil? Otros pensarán que no será tan grave si al fin y al cabo sigo viviendo con ellos. Bueno sí, es tan grave. Cualquiera que rodea mi cotidianidad sabe que este es el tema de mi vida y que lo sufro tanto en la superficie como en su profundidad, día a día. Hace menos de un año, había tomado la decisión de dejar de vivir con ellas, la crisis estaba brutal. Sin embargo no lo logré, estoy decidido y obstinado en la decisión de curarme. Sé, de hecho, que se puede. Al parecer el cuerpo me demuestra, por más medicina y ejercicios que haga, que no va por ahí. Hay algo aún no explorado que hay que destrabar y eso tendrá un impacto físico dado por añadidura. En eso ando. Para este año, un deseo del corazón es poder sanar este tema, que tendrá un beneficio en mi vida cotidiana y también en algo mucho más profundo. Sus bendiciones, rezos y meditaciones serán bien recibidas.