jueves, 27 de junio de 2013

EL TRIO

A mi Madre y familia: no leer el texto a continuación. Gracias.
Pasé 22 días sin masturbarme. No recuerdo que eso haya sucedido antes.
Desde siempre tuve la fantasía de un trio, como la mayoría de los hombres. De estar con dos mujeres, al mismo tiempo. Pero en el último tiempo se había convertido en una obsesión. Escuchaba que otros lo habían hecho y me daba rabía de todavía no haber vivido esa experiencia. Cada vez estaba más deseoso y encaprichado. Y cuanto más lo quería, más difícil o lejos parecía estar. Con cada chica con la que estaba le preguntaba si querría hacer un trío. Muchas veces la respuesta fue sí, pero igual la situación no se daba. Parecía ser que no es algo que se pueda organizar. Mismo estuve en la situación de que dos chicas me dijeron que sí, pero no logramos generar el encuentro.
Una mágica y tragicómica noche conocí a Miel. Así la agendé en el celular y ninguno de los dos recuerda porqué, aunque ese no sea su nombre. Ni un beso nos dimos esa vez, nada. Fue hace varios meses, aún en Buenos Aires. Luego fuimos amantes y amigos. Claro que mencioné lo del trío. Ella me dobló la apuesta. Me dijo "sí, vamos a hacer un trio vos y yo, pero no vas a organizar nada, quiero que salgamos a buscarla". Wow, como un sueño. Salir a encarar de a dos. Fuimos dinamita y fue una experiencia fabulosa, la conquista de a dos, trabajando en equipo, eligiendo, persiguiendo, como dos amigos, pero ella mujer, y ya estando conmigo. Así lo hicimos un par de veces, cada una muy distinta. Y siempre de manera ocasional.
Hasta que en una "nos enamoramos", los tres. Fue con Bella. Yo ya había estado con Bella, pero esta tarde nos encontramos los 3. Eran los últimos 3 días de Bella en Argentina y los pasamos juntos. Era como un sueño, viendo una película, saliendo a pasear, saliendo a comer, etc. Y ni hablar de la historia sexual, en la cual ni falta hace entrar en detalles. Era realmente una historia de amor de a tres. Y así… tan breve, sólo unos días. Nos prometimos reencontrarnos. Y así fue. Estas últimas casi 3 semanas las pasamos juntos en México. Miel Y Bella vinieron cada una desde sus países para reencontrarnos los tres acá y pasar unas vacaciones juntos. Más que para pasar unas vacaciones, para vivir una experiencia única, una aventura atípica.
El sueño se convirtió en realidad. No sólo eso, llegó un punto en que el sueño se convirtió en normalidad. Y en ese punto, se vuelve raro. Casi 3 semanas es mucho tiempo, ya deja de ser el encuentro sexual soñado. Hora tras hora tres personas juntas. Recuerdo las primeras veces de dormir de a tres. Intentaba sacar los ojos de mi cuerpo y mirarme ahí en el medio con dos mujeres y sentirme un rey. Lejos de esa situación se está cuando se convierte en una normalidad. Si estás en el medio y las de los costados deciden taparse, quedás tapado por añadidura. Y encima entre dos cuerpos te morís de calor. Menciono ese detalle como a modo de broma de la infinidad de cosas que suceden en la convivencia de a tres. A nivel sexual las imágenes y las experiencias que me regalaron las chicas son inolvidables y extraordinarias. Y así tanto que el sexo de a tres como una experiencia es algo fabuloso, pero convertido en normalidad pasaba a hacer algo tan monumental que luego ya no quedaba energía para encararlo como parte de la rutina. De a dos, el sexo como parte del día a día, es algo que se puede encarar bajo distintos marcos. Si hay cansancio puede ser un sexo más vago y despacito y está bien. De a tres no está esa posibilidad. Y la posibilidad es tener sexo con una sola de las partes, y eso deja a otra afuera. Y sin duda esa puede generar un conflicto.
Pasamos unas semanas increíblemente ricas en variedad de situaciones. Hubo placeres, alegrías, amor, desamor, enojos, fastidios, lagrimas, sexo, belleza, viajes, comida, bebida, droga, música, baile, cama, malestar, bienestar, encuentro, desencuentro y así puedo seguir hasta el infinito. Estoy agradecido de poder tener una vida tan rica en vivencias, sin nunca perder el eje de interés troncal. También estoy agradecido de que esa experiencia haya tenido un principio y un fin. Más allá de si pueda haber futuros reencuentros. Ahora en busca de la estabilidad. Escribo este texto en el aeropuerto esperando el avión para ir a Guatemala.
Si todo sale bien, cuando vuelva entraré ya con mi anhelada visa de trabajo, para poder estabilizarme aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estaba esperando el relato. Sigue en pie lo de la estampita.

C.