martes, 23 de abril de 2013

Palomas y electricidad

"A mi me parece que tu sólo quieres una aventura", me dijo una chica con mucha razón. "El alcohol es un muy buen lubricante social" dijo un taxista con mucha razón. Conocí a Carlos, un chico que parece de lo más tradicional desde lo visual. Luego de conversar unas pocas palabras se enrareció todo cuando me contó que su pasión era matar palomas, aunque dijo "cazar". El sueño de Carlos es viajar a Argentina donde parece que se baten récords en la caza de palomas. Obviamente yo me imaginé al loco en plaza de mayo o en algún lugar así con palomas urbanas, pero no. Estas palomas son diferentes, y los cazadores se las comen y al parecer son sabrosas. Ahora cuando veo a Carlos de lejos, le hago un gesto tipo de disparo, y nos reímos. El viernes vino Huguito desde Puebla a visitarnos a mi y a Diego Hurtado que estaba de paso por la ciudad por un trabajo. Tomamos unas copas y charlamos de la vida. Intentando convencer a Hugo de venirse para el DF y dar el gran salto. Fuimos a las luchas e hinchamos por los rudos. Luego ya sin Hurtado nos tomamos otros tragos. Así como vendedores de rosas, o chicles, o lo que sea, en México por la calle de noche pasa el "vendedor de electricidad", bien raro esto. Pasa el tipo con una batería de energía, tipo de auto, y te ofrece darte un shock de electricidad. Algunos dicen que es para bajarte el pedo, otros dicen que se hace sólo porque es divertido. En fin que decidimos probar. El tipo te entrega como dos manijas, conectadas a un cable, y arranca a dar electricidad de a poquito y luego va subiendo hasta que uno dice basta. La onda es formar un círculo en un grupo de X cantidad de personas, en nuestro caso 3, tomadas de la mano. Los de las puntas agarran estas dos manijas, que con el cable van hasta la batería que maneja el señor malvado. Se entiende? Huguito estaba en el medio y Jose del otro lado. O sea yo agarraba con una mano la manija y con la otra a hugo, lo mismo Jose. Yo sería el encargado de decir basta. Empezó la energía y se sentían todas la parte interna de la muñeca ahí en las venas, vibrando mucho. Rarisima la sensación. Y a medida que el tipo iba subiendo los volteos se sentía cada vez más, violento. Nos reiamos sufriendo. En un momento se puso heavy y ahí grité basta. La vida siguió normal. Hurtado sugirió antes que el contacto sea con una chica y por la boca, pasando la electricidad por la lengua. Habría que ver. No se asusten igual. Estoy bien y cuerdo. En el bar-boliche que probamos no tuvimos éxito ni nos gustó mucho. Asique decidimos ir por una última cerveza a un bar que me había gustado. Al llegar vimos que estaba cerrado. Vimos unos 4 jóvenes que esperaban en la puerta de un edificio, y pude sentir la música en alguno de esos pisos. Le dije a Hugo "ahh, es acá". Hugo no me entendió pero le hice una cara y se quedó en silencio. Le pregunté a uno de esos chicos: "chicos ya tocaron el timbre? ahí bajan". "Sí", me dijo. Listo. Ya teníamos entrada a la fiesta. Deberíamos ver qué pasaba cuando bajaban a abrir. Pero parecíamos parte del grupo de la puerta. Bajó la chica y abrió la puerta. Yo intenté mezclarme en el grupo y de hecho pasé segundo. Le di un beso y le pregunté cómo estaba, sin dudar en pasar. Y así entramos. Un piso lleno de gente extranjera, y Jenny que festejaba no sé, algo festejaba Jenny. Muy similar a lo que sería una "trial party" en treviso. Igualito. Con gente de muchos países, todos buena onda. En eso, estaba sobre el pasillo esperando para el baño y se acerca una chica y me dice "muestrame tus manos", con tonada española. Imaginé que quería ver mi tatuaje, asique después de un poco de juego se las mostré. Me dice "tu estabas en el bus hacia puebla hace un tiempo verdad?". Y ahí me acordé. En mi viaje de ida a Puebla se sentó una chica española al lado mío, que también iba con su madre y su hermana. Bastante bien. No me animé a hablarle aunque estuve queriendo todo el viaje. El asunto familiar me dio como vergüenza. Lo loco es que al día siguiente yo volví de puebla en un bus y ella también tomó ese bus, aunque no se sentó al lado mío esta vez, y sí intercambiamos una sonrisa. Decenas de buses van y vienen por día a Puebla. Y me la crucé en ambos. Y lo más loco es que luego me la cruzó en una fiesta a la que entramos de pura casualidad. Eso si que fue más raro que el cazador de palomas y el villano electrizante. Igual con la chica no pasó nada. Yet. Se estaba yendo en ese momento, y me invitó a la fiesta que se haría en su casa al día siguiente. A la que no fuí. El sábado sí que tuve sexo, sí. Y el domingo sí que tuve resaca, sí. También una fiesta divertidisima durante el día. Bailé más que nunca. Empiezo a conocer mucha gente con la que me siento identificado y comparto estilos. En un rato me mudo :)

1 comentario:

Sonia Fernández dijo...

Hola, me gusta mucho como escribes. Enganchar mucho la forma que tienes de contar :)
Un saludo