lunes, 20 de septiembre de 2010

Anatomía de un genio.

Para ser un genio hay que tener un alto grado de contradicción. Contradicción es sinónimo de progreso y de evolución. Y una gran verdad es que la genialidad es relativa, pero absoluta. Un genio no debería actuar con maldad, pero se requiere que piense con maldad. Un genio pasa de ser un adulto en cuerpo de niño a convertirse en un niño en cuerpo de adulto. Una vez en el cuerpo de adulto la misión es llevar la niñez con adultez. Un genio es como un heroe de las batallas griegas, podría derrivar 500 hombres él solo, pero con su mente. Llamémosle un heroe de la mente. Un genio no tiene todas las batallas invictas, un genio acumula derrotas y las exhibe como trofeos en su mundo interno. Un genio no reza, medita. Admira a otros genios contemporaneos o del pasado. Un genio necesita llorar con frecuencia. Un genio sabe perfectamente que es un genio, pero la presión en el pecho es tan insoportable que cada tanto se deja caer y se reconoce como un no-genio. Para esto es necesario el llanto que debe caer como chaparrón y viceversa. Para lograr un llanto chaparrónico es necesario convencerse de no ser un genio, asumiendo el fracaso del posible genio, el fraude, la mentira. También pensando en todos esos recuerdos horribles, viajando al otro extremo de la genialidad, sintiéndose lo más tonto que se pueda ser. El proceso es efectivo y se consigue un rápido y desagotador llanto. Luego, limpio como salido de un sauna, se puede volver a ser genio.
Un genio debe vivir con intensidad. Debe ser un viajero interno, los viajes por dentro de su propio cuerpo y mente ayudarán a optimizar las experiencias del afuera. Un genio deberá sumergirse en su mundo interno, escalar la montaña más alta saltar con paracaidas, sentir el aire golpearlo, sacarse el paracaidas, morir y luego resucitar. Un genio debe volar cada tanto en sus sueños, debe tomar consciencia de ellos y hacer algo al respecto. Un genio tiene pesadillas, pero en cuanto se da cuenta de que está en un sueño, debora a los monstruos, los aniquila con una espada medieval.
Un genio piensa en exceso, tiene la mente sucia, pensamiento impuros, deseos maliciosos, imaginación retorcida. Y esto es porque no reprime sus pensamientos, reprime sus acciones. Un genio es un humano reprimido. Tiene insatisfacción, deseos reprimidos, miedos. Un genio debe ser persuasivo, encantador, mágico, divino, penetrante y delirante.
Pero por sobre todas las cosas, un genio debe nacer genio.