viernes, 30 de julio de 2010

La función del artista

Nunca me queda clara la función del artista. No me interesa mucho, pero me lo pregunto de tanto en tanto. Bastante hay escrito sobre eso, los roles, el ARTE, la pureza, etc. No soy un gran lector, soy un gran observador. De niño compraba comics que no leía, revistas que solo miraba, y claro, en mi biblioteca tengo muchos libros que no leí. Me encanta mirarlos, hojearlos, leer alguna frase suelta, mirar las letras, y sobre todo las imágenes. Pero aquí venía a hablar de arte, para probar entender un poco más lo que me pasa. No soy un gran hablador de arte, no entiendo muy bien la matería y no me gusta hablar de ella. Si de eso me encantase hablar, sería un crítico, un historiador, un escritor, pero no es así. No sé bien que soy, pero me vinculo con el mundo creativo y visual, a través de una exquisita fusión entre mi agobiante racionalidad y mi más concentrada sensibilidad. Como artista y comunicador está esa posibilidad de decir algo. Me lo dijo mi psicólogo, algún profesor, algún familiar, algún X. Eso te pone la presión de "tener que" decir algo. De ahí surge el interrogante "¿qué quiero decir?". No sé, no estoy preparado para eso. No hay algo que quiera decir. Tampoco me dedico al "arte" para decir algo. ¿Y porqué debería explicarlo con mis palabras? ¿No son acaso las imágenes mi medio de comunicación, mi lenguaje? Muchos me preguntan, ¿Y qué quisiste decir con esto? ¿Qué te inspiró? ¿Qué mensaje querés dar? O a la hora de presentar un proyecto para una muestra, un concurso, una beca: describir el proyecto, contar de qué se trata la obra en profundidad, etc. Nada de gracia tendría si con palabras puedo yo explicarlo. Hago lo que hago porque no encuentro otra manera de decir eso que quiero decir. Y ahora reflexionando, me doy cuenta de que incluso todas estas palabras son en vano. Queda claro que no hay claridad al respecto. Esa es la riqueza, eso me mantiene en pie, queriendo hacer más. Pero empezamos a hablar aquí sobre la función del artista. El artista es un cominicador, que en mi caso, no sabe lo que comunica. El artista del renacimiento, era un comunicador más neto, lo que hoy sería un publicitario. No encuentro grandes diferencias al respecto.
Como casi todas las entradas que publico en este blog, esta es absolutamente espontanea y no hay plan alguno, las palabras van fluyendo a medida que voy escribiendo. Y ahora mismo, me encuentro totalmente aburrido escribiendo sobre arte, cuando no hay nada que me aburra más que hablar sobre arte. Más me interesa hablar sobre lo que me pasa. Arte es eso que me pasa a mi. Arte es un ser que abraza a mi ego, mi sensiblidad y mi racionalidad, los mima, les canta canciones para que se duerman, canciones para que se despierten. Nos da calor, nos estruja y nos hace doler, nos asalta en un callejon sin salida, nos da la comida más rica en un día de hambre, nos da la mejor noche de sexo amoroso en una cama matrimonial apoyada sobre la arena de una playa vacía en una noche de luna llena donde no hace frio, nos pega una cachetada de mano aspera un lunes a la mañana. Arte es para mi lo que hago y eso no tiene discusión, y el que quiera tenerla que venga y me lo diga, que nada voy a contestar, porque me aburre hablar de arte. Artista soy yo porque hago eso que quiero hacer, porque logro eso que quiero lograr, porque mi hemisferio derecho y mi izquierdo duermen cucharita los sabados por la noche y tienen relaciones sexuales sin preservativo el resto de los días. El rol del artista poco me importa porque son otros más habiles los que deberían hablar de eso. Todos a sus puestos, que así es como todo funciona.