martes, 8 de junio de 2010

Sobre el viento

Querer producir obra nueva y que no te salga, es una gran frustración. Me he sentido un talento en potencia. Hoy me siento un talentoso incompleto. Falta algo. Me inclino a la desconcentración como un camino fácil ante la imposibilidad de concentración y foco. Para muchos soy la paz personificada, como una estufa que irradia tranquilidad, mientras Diego mirá a Beyro y Beyró a Diego, y ambos presencian el caos. No quiero ser drástico con esto del caos. No es que en mi interior haya un tsunami, pero sí la constante contradicción entre paz y caos. Años de terapia ayudan a poder controlar los sentimientos. Pero controlarlos no significa cambiarlos. Al perro mordedor se le pone un bozal y deja de morder porque está controlado, pero sigue siendo un perro mordedor, con ganas de morder. El control ayuda, el control aparenta. La falta de control te pierde, pero la espontaneidad te encuentra. Parece que control y espontaneidad fuesen contrarios, pero no lo creo. Aunque ahora que lo pienso, no sé cómo explicarlo. Busco mi espontaneidad, de esa que libera, de esa que te hace auténtico. La espontaneidad te lleva distraido a donde querés llegar. Esto me hace acordar a un ejemplo muy simple que logré aplicar a mi vida y a un nivel mucho más elevado que el ejemplo mismo. De pequeño tenía la matería Ciencias Naturales y en este caso estudiaba el clima, movimiento de las nubes, etc. Mi papá me explicó algo que jamás pude olvidar (es mucho más rica la anecdota cuando acompaño las palabras con mi cuerpo, pero bueno, no sé puede por acá). Me habló sobre las bajas de presión que se generan en la atmosfera y que son estas quienes llaman al viento, y por ende a las nubes. Entonces no es que el viento se mueve como si alguien lo empujase, es que el viento es llamado desde otro lugar. El vacio siempre tiene que llenarse. Esos vacios que se generan en la atmosfera atraen el aire, formando viento. Para mi fué muy visual esta explicación. Años después asocié lo mismo para la respiración. El aire no entra porque sí, el aire entra porque nosotros generamos un vacio en los pulmones abriéndolos con el musculo de la panza. Física pura. El ejemplo parece tonto, pero para mi explica muchisimas cosas de la vida. Con eso explico mi vida misma. Me agarro la cabeza por lo dificil que me resulta contar esto sin mover las manos. Creo que ese vacio que se genera para llamar el aire, se sitúa en el futuro. El aire llena ese vacio un tiempo después. Osea que en el momento en que el aire empieza a moverse, ese vacio representa al futuro, ese vacio es el futuro. Aplicando ese ejemplo a la vida, podríamos ser nosotros quienes viajamos al futuro para atraernos. Así es como visualizo mi vida. Yo no voy hacia algún lugar empujado. Yo viajo al futuro, sin mi cuerpo, y desde ahí me atraigo, hacia donde quiera ir. Cierra? No, claro que no cierra, porque de eso se trata.